Aunque nuestra representatividad en las esferas políticas, de poder, trabajo y empresa aún dista mucho de ser paritaria, las mujeres estamos creando riqueza a mejor ritmo que nunca en la historia. La publicación “Managing the Next Decade of Women’s Wealth”, de la consultora Boston Consulting Group, ha identificado que las mujeres controlan ya el 32 % de la riqueza mundial. Sus estimaciones indican que, en 2020, las mujeres controlaron más de US$ 72 mil millones de la riqueza global, 80 % más que en 2016, lo que aumenta su influencia en las economías y los mercados financieros.
Sin embargo, los desafíos económicos continúan, según la consultora: la brecha salarial, la necesidad de condiciones de trabajo flexibles, las licencias de maternidad, una mayor esperanza de vida y una menor tolerancia al riesgo.
Acotando a nuestra realidad local, el ingreso promedio de las mujeres en el Perú urbano era 1,249 soles en octubre de 2022, respecto de los 1,794 soles de los hombres. Esos 545 soles menos cada mes, que suponen al bolsillo una entrada de -30.4 %, significan un mundo para la calidad de vida de las mujeres, en especial, para las mayores de 45 años, cuya brecha de ingresos llega al 34 %. Y qué decir de los 792 soles que ingresan, en promedio, las mujeres que solo tienen la educación primaria, los cuales no pueden soportar el incremento de precios en 2022 del 72 % en los productos de la canasta básica familiar, según el Midagri, o los ingresos aún menores de la mujer de las áreas rurales.
A pesar de las dificultades, celebramos este 8 de marzo con datos que prueban la capacidad de resiliencia y crecimiento de la mujeres: el INEI publica para el trimestre noviembre 2022 a enero 2023, un incremento en el ingreso promedio mensual femenino en Lima de 13.5 % frente al masculino del 8,9 %.
Confesad chicas: ¿quién no ha dado un brinco la primera vez que escuchó a Shakira cantar “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”? La frase quedará para la historia como un giro en el lenguaje musical del despecho.
De paso, Shakira ha limpiado sus lágrimas con una facturación de más de 22 millones de dólares gracias a las tres canciones dedicadas a su expareja, según el portal Celebrity Net Worth. Llorar es un reflejo de sentimiento y humanidad al que no vamos a renunciar, pero qué bien les sienta facturar a los 6 de cada 10 emprendimientos que hoy día lideran las mujeres y a las trabajadoras que se esfuerzan cada día en capacitarse para un futuro de independencia económica y libertad para desenvolverse como mujer, madre y profesional, en pareja o soltera.